Semana de consultas de gineco
17/04/2024
Autor: Viridiana Melina Molina Landrove
Foto: Estudiante de Medicina

¡Hola, hola! Les platico un poco de lo vivido en  esta semana de ayudar a dar consulta en el hospital. Anteriormente, estábamos junto con los doctores en consulta, ayudando a escribir recetas y en la exploración física de pacientes embarazadas, pero esta semana llegaron varias emergencias en las que se activaba el famoso código oro (un mecanismo de alerta o de llamado al personal del Equipo de Respuesta Inmediata Obstétrica para atender una emergencia y salvar la vida de la madre y el producto de la gestación). Así que los doctores tenían que estar en quirófano, por lo cual el doctor no podría dar consulta a las pacientes programadas, así que me preguntó si podía yo leer los expedientes de los pacientes y dar la consulta, y que “cualquier duda que lo buscara,” con muchos nervios y muy segura respondí que sí, que estaba bien. 

Al regresar al consultorio, leí los expedientes antes de pasar con cada paciente para saber el motivo de consulta y tener una idea. Entre diagnósticos de infecciones de vías urinarias y pielonefritis, abundaban los que decían “enviada por primera vez para control prenatal.” Entre ellas, una paciente con 15 años de edad, acompañada de su pareja de 18 años, se presentaba por su embarazo de 25 semanas de gestación (sdg). La menciono porque fue muy chistoso como una estudiante de enfermería de 19 años entró al consultorio toda espantada porque olvidó tomar signos vitales, y justo en ese momento noté que la paciente, su acompañante, la enfermera y yo (representando al Dr.) éramos menores de 25 años ¡OMG! 

Bien, estar en un consultorio y ofrecer atención a pacientes es algo muy distinto a lo que a veces imaginamos a lo largo de la carrera. Todos en algún instante nos imaginamos con llegar a este momento y brindar la mejor atención posible;  me tocaron pacientes que me dijeron “muchas gracias doctora” y otras que se enojaron, e incluso me gritaron porque el doctor no podía atenderlas en ese momento. En fin, agradezco que me dieran esa confianza y oportunidad de poder consultar, porque por primera vez tuve ese contacto con la paciente para realizar la historia clínica e ir integrando todas las respuestas al posible diagnóstico. Aunque a veces es complicado poder tener esa conversación fluida, puesto que algunos pacientes hablan muy poco, no comprenden las preguntas que les haces con la finalidad de conocer más sobre su padecimiento, o algunos hablan mucho y suelen salirse del tema.

Al inicio me encontraba nerviosa, incluso, aunque sabía lo que debía hacer y no dudaba de mis conocimientos, en ese momento no sabía por dónde comenzar o de qué manera poder agilizar la práctica. No solo se trata de ordenar tus ideas, sino que tienes que ser un apoyo y un guía para el paciente, para que él mismo pueda aproximarte a llegar a una conclusión diagnóstica; lo que tú no cuestionas, muy pocas veces el paciente lo menciona. Al final de algunas consultas me sentía feliz porque sentí que lo hice bien, y en otras yo me quedaba con dudas, pero opino que de eso se trata, de aprender cada día más y algo nuevo.