El bien común en la Nueva España
04/10/2022
Autor: José Esteban Rangel Souza

Con su ponencia titulada “La utopía del bien común en Hispanoamérica”, el profesor Juan Armando Louvier trazó un viaje a nuestro pasado y la intervención de España, subrayando las características y aportaciones de antes y después de la conquista para lograr un entorno de bien común que él denomina como utópico.

En el marco del observatorio “Utraque Unum”, cuyo propósito central es analizar y difundir las verdaderas raíces que conformaron a Hispanoamérica, el maestro e investigador del departamento de Arte y Humanidades de UPAEP, Juan Armando Louvier Calderón, presentó la exposición titulada “La utopía del bien común en Hispanoamérica”, empezó por establecer que vivimos en una atmósfera de gran inquietud en la época actual, por lo que sería necesario fortalecer las identidades que nos definen.

Para una mejor comprensión de los temas, continuó su ponencia determinando el marco del bien común, al cual define como aquello que está implícito en el derecho natural y, por consiguiente, en el orden social. Como mencionó anteriormente, en la época que vivimos se requiere de paz y de seguridad del bien común. Prosiguió su tema con las condiciones que existían antes de los virreinatos y de cómo fue el cambio que ocasionó su establecimiento. Para el profesor Louvier, lo importante en la historia es saber y poder explicar qué situaciones llevaron a que pasara lo que pasó, es decir, explicar el porqué de los acontecimientos.

Establece que existen diferentes condiciones a las que América estaba ligada antes de la llegada de los españoles. Por una parte, tenemos las condiciones naturales en la época precolombina, la cual está caracterizada por la ausencia de animales de carga, la inexistencia de cereales panificables o el café, y demás condiciones. También, tenemos las condiciones geográficas, lo cual podemos ver con claridad que en esta época existía un aislamiento hacia el exterior y hacia el interior, por lo que el conocimiento no era transmitido y que las personas de las culturas precolombinas no podían cambiar su estatus social dentro de la jerarquía establecida.

Por último, nombró a las condiciones culturales, relacionadas de igual forma con el aislamiento, en donde se puede observar que antes existía una gran variedad de lenguas nativas y que en nuestros días se ha reducido el tamaño de hablantes de estas mismas lenguas, y que todo lo exterior al ser humano era visto como deidades que exigían sangre humana para continuar el ciclo de la naturaleza, de otra forma dicho, existían cultos religiosos con prácticas bárbaras.

Trasladándose a la época de la conquista, explicó que este proceso histórico fue hecho por hombres de carne y hueso, y no por demonios o ángeles como se pueden encontrar en las leyendas negras, las cuales son las construcciones negativas sociopolíticas que surgen en un proceso de oposición entre culturas o grupos sociales. Remarca que fueron hombres reales, con virtudes y defectos, los que hicieron este acontecimiento.

Narra que, al enterarse España del descubrimiento de América, estableció una política transversal en la que se pretende integrar a los pueblos recién descubiertos a la corona española y a la iglesia. Hizo un énfasis con el concepto de integrar, ya que este se diferencia de la colonización inglesa en el sentido de que no se arrebata la identidad de las culturas descubiertas. Después, surgen los virreinatos de la Nueva España, Perú, Nueva Granada y De La Plata, los cuales, declara, otorgaron frutos de formación del bien común como es la integración territorial y comunicación, integración racial y la unión de familias, y la integración cultural.

Ejemplificó lo antes dicho con el Hospital de Jesús, formado y establecido por el dinero que dejó Hernán Cortés, lo cual muestra una implementación de solidaridad humana que antes de esa época no existía entre los grupos indígenas, significando un logro para el orden social. Estos cambios de España hacia América provocaron el verdadero choque cultural, cambiando la cosmovisión fatalista del indígena nativo a una cosmovisión cristiana más optimista.

El maestro Juan Armando Louvier terminó su presentación con la siguiente frase:

Este es el verdadero cambio. Entonces, es aquí donde se genera esta atmósfera que permitirá la realización de un verdadero bien común.”, finalizó.