^{Presentamos una reflexión del Director General de Promoción y Comunicación Estratégica sobre la reciente Declaración Institucional de la UPAEP sobre Diversidad, Equidad e Inclusión.}

El otro, quien es diferente, es un regalo para mí. No importa donde haya nacido, o su situación personal. Porque todos “estamos en un mismo barco”, somos miembros de una misma humanidad. Estas palabras son parte del espíritu plasmado por el Papa Francisco en su carta encíclica Fratelli Tutti y que UPAEP ha decidido recoger en una declaración institucional de gran trascendencia para todos los integrantes de la comunidad universitaria.

Recitadas así, esas frases podrían parecer buenos deseos. Incluso, cuando el líder católico publicó esa encíclica (el 3 de octubre de 2020), no faltó quienes lo acusaron de ser un “buenista”, solo por expresar su deseo de que todos podamos sentirnos parte de la misma familia humana.

A lo largo de los 7 capítulos de ese documento, el pontífice brinda claves para recuperar aquello que es más humano y que se asienta sobre la inalterable dignidad de cada persona: la sociabilidad y el deseo de buscar lo común. Por ello, lanza un llamado urgente a la fraternidad y a la amistad social como medios de reconstrucción de un mundo herido.

Por un lado, denuncia los muchos atropellos que provoca una mentalidad de “individualismo consumista”. Cuando esta forma de pensar se abre paso, “los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera. Entonces se los termina tratando como molestias y la agresividad crece”, señala.

En contraparte, afirma que reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos “no son meras utopías”. Al contrario, insiste, pueden lograrse si muchos tienen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos.

“Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad. Porque un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero cuando se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entra en el campo de la más amplia caridad, la caridad política”, continúa.

Ahora bien, cualquier lector podría preguntarse ¿qué relación guarda, todo esto, con UPAEP? El espíritu de estas palabras de Francisco está impregnado en la esencia misma de la Universidad, desde sus inicios hace 50 años. Los fundadores dejaron bien claro el camino del humanismo cristiano para nuestra alma mater, pusieron en el centro la dignidad de la persona.

Hoy, los estudiantes de la Universidad proceden de todos los rincones de México y del mundo. Nuestra comunidad es variada, solo basta con recorrer los pasillos del Campus Central para constatarlo.

Por eso no es casual que ese mismo espíritu haya sido recogido por la Declaración Institucional de la UPAEP sobre Diversidad, Equidad e Inclusión, un texto que resume los principios de actuación de nuestra Universidad según su identidad católica.

Es un documento válido no solo para profesores, administrativos o directivos; vale para todos. Por eso, cada integrante de la comunidad universitaria necesita conocer esta declaración, porque la búsqueda de la igualdad, el valorar la diferencia, la inclusión y la equidad deben ser compromisos compartidos.

Por lo pronto, invitan a reflexionar las palabras incluidas al inicio de la Declaración y que han sido tomadas del número 64 de Fratelli Tutti: “Hay un secreto de la verdadera existencia humana, porque la vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida cuando pretendemos pertenecer sólo a nosotros mismos y vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte”.

Aquí se puede leer la Declaración Institucional de la UPAEP sobre Diversidad, Equidad e Inclusión.