La tarde del lunes 24 de febrero la bandera de México se cubrió de sangre con el asesinato de Ximena, Coti, Francisco y José. No obstante, los colores verde y blanco de la bandera, símbolo de esperanza y unidad, respectivamente, reencarnaron en cada uno de los estudiantes de ambas comunidades universitarias.

El día martes, conmocionados por la noticia, no hubo escudos ni banderas, solo batas blancas marchando hacia Casa Aguayo para exigir justicia. Juntos, haciendo historia, estudiantes de la UPAEP y la BUAP alzaban la voz con la consigna “ni uno más, ni uno más, ni un asesinato más”, “¿por qué, por qué, por qué nos asesinan, si somos el futuro de América Latina”.

Muchos conocimos a Ximena, Coti, Francisco y José ese día en los periódicos, pocos tal vez convivieron con ellos, sin embargo, sentimos esa pérdida como nuestra propia vida, porque eran jóvenes universitarios, como muchos de nosotros, con sueños, deseos de vivir, de cambiar nuestra realidad en el ejercicio de nuestra profesión y de un momento a otro les quitaron la vida.

La vulnerabilidad tocó nuestros corazones, y fue aún peor cuando escuchamos a los papás de Ximena y Coti ofrecer la vida de sus hijos para exigir justicia no por ellos únicamente, sino por todas y cada uno de las personas violentadas por la delincuencia en este país.

Expresaron con lágrimas en los ojos el cariño, y no el odio que deberían sentir en ese momento, por el lugar que les entregó solo los cuerpos de sus hijos, porque pesé a todo, ellos (Ximena y Coti) lograron encontrar, como todos los mexicanos, el lado amable de una vida en medio de la violencia.

Ese mismo día martes, un Comité Estudiantil de ambas instituciones, acompañados por sus rectores, se reunió con autoridades gubernamentales a quienes les hicieron saber sus inquietudes en materia de seguridad y agendaron una segunda cita que se llevará a cabo el próximo jueves 5 de marzo para que entreguen sus demandas orientadas a combatir la impunidad, robustecer las fuerzas judiciales y de procuración de justicia, además de trabajar en un sistema de seguridad eficiente.

Para el día miércoles, jóvenes de la BUAP y UPAEP, convocaron a un paro de actividades como muestra de su hartazgo debido a la inseguridad que viven todos los días, en su trayecto a la universidad y de regreso a casa, no solo en las inmediaciones a las instituciones educativas, sino también en el transporte y sitios públicos.

En el transcurso del día, se hicieron presentes los papás de Ximena y Coti, quienes les pidieron no rendirse.

“Sigan pidiendo justicia, que no exista impunidad, esto no puedde suceder, ustedes son niños, cuídense por favor, no sean tercos, sean obedientes, jurénme eso, no se expongan, uno cree que nunca le va a pasar y se cree inmune, eso es mentira, ¡cuidado! No sé si alguien los haya conocido, gracias. Ellos vinieron a su país a salvar vidas, como muchos de ustedes se están preparando para ello. ¿A cuántos delincuentes no les habrán salvado la vida?, para que un canalla se las quite. Cuídense por favor”, fue el mensaje del papá de Ximena a todos los chicos que se encontraban afuera de la universidad manifestando el descontento por el asesinato de sus compañeros.

En tanto, la mamá de Coti destacó “tenemos la convicción y plena seguridad de que ustedes van a pronunciaerse en contra de esto, para que no les pase a ninguno de ustedes y ninguna otra persona. Llevamos el recuerdo más bonito de México y gracias porque hicieron muy felices a nuestros hijos”. Los jóvenes respondieron con aplausos en señal de respaldo.

El día jueves 27 de febrero, la comunidad UPAEP se dio cita en la explanada central donde autoridades académicas y estudiantes se reunieron para dar el pase de lista a sus compañeros ausentes y despedirlos con una alfombra de rosas blancas.

Allí, tomó la palabra Paola Jurado, estudiante de Medicina, quien conmovió a los presentes y los motivó a “permanecer en la lucha de la búsqueda por la paz y seguridad de nuestra sociedad”.

Por su parte, José Antonio Llergo Victoria, Secretario General de la UPAEP, reconoció a los jóvenes como los artífices de una sacudida a esta sociedad adormecida e indiferente para gritarle que despierte, que no puede quedarse pasiva mientras sus hijos e hijas son lastimados, violentados y asesinados todos los días.
“Son ustedes los que han asumido el riesgo y la iniciativa y han sumado a otros para decirle a México, a sus autoridades y a toda la sociedad, que este despertar no lo para nadie y que nos debemos volcar a la acción para cambiar el estado de cosas que hoy prevalece.

En pocas horas ustedes han logrado ponerse en el primer plano con sus reclamos a nivel nacional, han movido a la acción a los rectores de las principales Universidades de nuestro estado, el día de ayer han sido acompañados de nuestro Rector para decirle al Gobernador y a las autoridades responsables de la seguridad pública que es necesario hacer más, que lo que se ha hecho no es suficiente”, puntualizó.

Finalmente, agregó que al interior de la comunidad hace falta dar un paso más; nos hace falta reconstruir nuestro sentido de comunidad. “No podemos seguir siendo ajenos a nuestros más cercanos. Para construir comunidad se necesita construir humanidad y para construir humanidad son necesarias cuatro cosas que hemos olvidado: Mirarnos, sonreírnos, acercarnos, y abrazarnos”.

El mensaje de los jóvenes trascendió a tal punto que al día siguiente, contingentes de instituciones de educación superior como COMCICPE, Tomás Alva Edison, UVM, IEU, Ibero, BINE, UPAM, entre otras, se reunieron a las afueras de la UPAEP para solidarizarse y clamar también justicia por la muerte de sus compañeros y hacerle saber a las autoridades municipales y gubernamentales que no permitirán otro asesinato más.

Los universitarios promueven ahora una mega marcha para el día jueves 5 de marzo, día en que representantes de UPAEP y BUAP establecerán su segundo acercamiento con el gobierno del estado.