Actualmente en nuestro país existen cerca de 500 programas académicos de comunicación o disciplinas afines de las que egresan cientos de especialistas; sin embargo, habría que realizar un acto de reflexión y cuestionarnos si realmente estas instancias educativas están respondiendo a las necesidades que tiene nuestro país en materia de comunicación.
Las instituciones de educación superior involucradas no siempre tienen una vocación común o bien, existen notorias diferencias dado que llegan a formar técnicos y no estrategas de la comunicación que respondan a las demandas reales de México; quizás por temas de competencia y atracción de la matrícula, las universidades no rompen con el paradigmas que muchos grupos sociales tienen del especialista de la comunicación al encasillarlo solo como protagonista de medios masivos, simplificando su alcance profesional e intelectual; es por tanto necesario que el perfil del comunicólogo pueda hacer frente a la crisis en la que está inmerso el país para así aportar a estrategias, acciones y mensajes o narrativas pertinentes.
Esto nos conduce a pensar en una realidad de difíciles desigualdades e injusticias en donde el trabajo del comunicólogo no puede estar al margen, o hacer caso omiso, ante esta situación. A través de la academia universitaria se debe proponer una capacitación profesional que ofrezca soluciones apegadas a la realidad de las organizaciones de cualquier tipo y dejar de ver a las licenciaturas en comunicación como una "moda” donde los actores únicamente pueden manejar los medios de comunicación y las nuevas tecnologías.
Es prioritario que el especialista de la comunicación sepa que se puede orientar y posicionar en diferentes grupos de la sociedad como el intelectual. A través de diagnósticos, aplicación de estrategias, y/o herramientas de comunicación puede conseguir grandes producciones de narrativas que favorezcan los procesos de comunicación.
Las entidades universitarias debemos abrir programas académicos con un criterio serio y no solo con un afán comercial para mejorar sus ingresos. Además es fundamental estimular a nuestros pares en interesarse por actualizar y renovar los estudios de comunicación de acuerdo a las necesidades reales del país y no sólo en respuesta a intereses económicos e ideológicos.